En memoria de D. Manuel
Marín Campos, fallecido el 31 de Marzo de 2020.
D.
Manuel Marín Campos nació el 25 de Diciembre en la Roda de
Andalucía. Era miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas
Letras y Nobles Artes de Córdoba desde el 18 de Mayo de 1.968, y del
Instituto de Estudios Sevillanos. En 1983 recibió la Orden de Andrés
Bello de Venezuela, por sus múltiples trabajos publicados allí.
Como
escribió su amigo José Trasierra.”
Dentro de sus libros y artículos históricos, cumple y refleja la
verdad y la honradez. Nos informa y nos guía. Es un hombre sencillo,
muy comunicativo, valiente en sus escritos, abierto de espíritu,
natural y apacible.
Estima
mucho la historia de Utrera, historia sorprendente, llena de colorido
y por investigar y sacar a la luz. Posee una gran memoria, se acuerda
de todos los personajes utreranos y de todo lo concerniente a Utrera,
Un portento, en suma, buen amigo, rumiando sin cesar sus viejos
secretos, afectuoso, tan solidario de todo lo humano, utrerano
sensible siempre, como sus trabajos, de todo lo que gravita alrededor
suyo.
Es
aceptado sin discusión, pero mal comprendido. Toda su obra es
aceptada y reconocida fuera de Utrera. Esta paradójica ausencia de
asombro y esfuerzo de su obra le ha distanciado del mundo oficial
utrerano y le ha aproximado más a los hombres sencillos, a la
naturaleza. En definitiva, se trata de un gran utrerano y no vamos a
cansarnos de decirlo.”
No
sonaron las campanas de Utrera, ni ondearon las banderas a media asta
en el Ayuntamiento de Utrera ante la pérdida de este gran hombre que
conocía su historia como pocos.
Muchos utreranos nos hemos enterado de su fallecimiento a través de la revista Vía Marciala del que fue colaborador.
Ni una
reseña en la “prensa local”, ni un apunte en el facebook del
alcalde o del ayuntamiento, aunque quedará, para siempre, su
contribución a la Historia de Utrera, su libro “Utreranos con
Historia”, el único publicado en 2005 por el ayuntamiento
gobernado entonces por el Partido Andalucista.
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Foto de Sánchez de 1.964 publicada por Vía Marciala. Se puede ver a D. Manuel, primero por la izq, junto a otros integrantes de la Orden del Mostachón y el Alcalde de la época. |
Se ha
ido un gran hombre y un gran escritor histórico, y parte de su
extensa obra no ha visto aun la luz debido a la ceguera de los
políticos que han gobernado esta ciudad que han hecho muy poco para
que los utreranos conozcan su historia y su territorio. Un pueblo sin
memoria y lo que es peor sin conocimiento de su historia es un pueblo
sin timón. Y ahí andamos en el furgón de cola de todos los pueblos
similares en número de habitantes.
Un
hombre de la erudición y el talento de D. Manuel Marín Campos tenía
que haber estado permanentemente al servicio del pueblo para
transmitir sus conocimientos a todos los utreranos. Se deberían de
haber publicado todos sus libros inéditos y recopilados todos sus
artículos diseminados por numerosos diarios y revistas dentro y
fuera de nuestras fronteras.
Asistir
a los cientos de conferencias que podría habernos ofrecido ha sido
un privilegio hurtado a todos los utreranos. Y me atrevería a decir
que el puesto de Historiador Local de Utrera está vacante por no
dárselo a D, Manuel Marín Campos, que pese a no nacer en Utrera era
y se sentía más utrerano que muchos.
Tuve el
honor de compartir con él muchos momentos, como la creación de la
Cátedra de Flamencología de Utrera, con D. Juan Montoya y D. José Trasierra, y
quizás el más triste fue cuando en 2002 le llevamos una carta en
mano a cada uno de los bancos y cajas de Utrera, quince en total,
pidiendo ayuda para publicar “La quiebra del 98 en Utrera”, sin
obtener respuesta, lo mismo que hizo la Fundación de El Monte, que
cada año publicaba el pregón de la Semana Santa entre otros, además
del Ayuntamiento dirigido por D. José Dorado, al que se le requirió
ayuda 2 meses antes que a los bancos. Nadie puso un euro.
En 2005
con otra Alcaldía, la Fundación el Monte colaboró con el
Ayuntamiento de Utrera para publicar el libro de D. Manuel Marín
Campos “Utreranos con Historia”, habiéndose negado anteriormente
a colaborar con él personalmente, como he indicado anteriormente, en
la publicación de “La quiebra del 98 en Utrera”, otro episodio
triste de nuestra Historia.
Los
pueblos que siguen falsas banderas y olvidan a sus ciudadanos más
ilustres están condenados a la ignorancia y al fracaso colectivo.
Descanse
en paz este buen y gran hombre.
Miguel Cabrera.